Pablo y Adrián

Pablo y Adrián

miércoles, 9 de abril de 2014

Capítulo 14







Julio llega a la casa. Quiere recoger sus cosas aprovechando que Teresa está en la empresa para no tener que volver a despedirse de ella. Se sorprende al ver por el pasillo un hombre, de unos 30 años, desnudo paseándose tranquilamente.                                    
–perdona, pero tú eres. ..?                                                                                                 
El guapo desnudo extiende su mano.  A Julio le gusta lo que ve. Se muestra simpático hasta que descubre que es el primo Alfredo, el chico con el que, según cree Teresa, Javier vivió su primer vez.  Se pasea desnudo incomodando al hombre. Además le da rabia ver que entra en el dormitorio de Javier. El chico no tarda en llegar.                        
--¿no tienes que estar en la universidad? --Julio.
--¿Cuándo piensas irte? –dice Javier al que no le gusta que le controlen.
--cuando todos sepan que eres una putita –dice Julio molesto.                                                         
–No sé qué te pasa y no me importa. Aquí la única putita eres tú.                                     
 Los dos se miran con rabia. Javier va entrar en su cuarto. Está apurado, se agarra la bragueta.
--¡me meo¡
--está tu primo duchándose.  –dice ya que se escucha la ducha.                                         
–si ya lo veo.
Javier quiere entrar pero Julio no deja de agarrarlo. Algo que enfurece al chico.                                                                                                                                   
--¡sé que él fue quien te desvirgó¡                                                                                 
Javier se le ríe y le da un empujón.                                                                                    
–Eso quiso creer él pero ¡ya me había acostado con muchos antes¡                            
 Javier entra en la habitación y Julio tras él.                                                                        
--¡tú no tienes límites¡ ¿¿también te vas a acostar con él? ¡¿no tienes bastante conmigo?  
Javier lo mira burlón:                                                                                                         
--¡tú no tienes derecho a reclamarme¡ ¡¡no somos nada¡ ¡¡y él se va esta noche, al igual que tú¡   Javier entra en el baño y deja a Julio en el cuarto muy molesto.  Mientras Alfredo se ducha, Javier hace pis. Julio se excita al escuchar el sonido del agua sobre el cuerpo desnudo de Alfredo y el sonido de la descarga de Javier. Se imagina acostándose con los dos primos a la vez. Se sofoca pero también se escandaliza de sus pensamientos.  Javier no tarda en salir desnudo. Mira coqueto a Julio.                                                     
--¿te vas a quedar mirando o vienes con nosotros?                                                      
Javier es frívolo pero seductor. Julio cae en la tentación. Cierra la puerta y se empieza a desnudar. Es su última noche en esa casa y no quiere pensar. Los tres se disfrutan. Luego Julio se viste mientras los otros dos están dormidos. No quiere mirar atrás. Es hora de dejar atrás ese pasado.



La noche es especialmente dura para Teresa que no soporta esa cama vacía. Toca el lado en el que siempre ha dormido su amado. Abraza la almohada de él y llora. La noche tampoco es fácil para él. No soporta la soledad.  Sabe que Javier sólo quiere sexo pero llevaba mucho tiempo sin nada. Confía en que Alfredo ya se haya ido. Entra en  la casa con la copia de su llave.  Espera que todos duerman. No esperaba ver a Teresa. Ella se sorprende al verlo.
--¿qué haces aquí?
Él sonríe con cara de travieso tragándose su frustración..
--¿no puedo venir a verte?
Teresa sonríe enamorada. Pensaba que ya nunca más volvería a estar con ese hombre que tan feliz la ha hecho.
--siempre que quieras. Está seguirá siendo tu casa.
Él la mira, fingiéndose pícaro pero para que no sospeche de él, y dice:

--¿hacemos la despedida?
Teresa no se lo hace repetir y se tira sobre él. Julio la recibe con cariño y pasión fingida. Al cabo de un rato, Julio sale totalmente desnudo de la cama ante la atenta mirada de Teresa. Ella se excita tanto viéndolo vestirse que desnudo.
--nos merecíamos una última vez –dice él mientras se sube la ropa.
--ven, siempre que quieras.
--No, esta es la despedida –dice él abrochándose los jeans.
Julio confía en que Teresa se queda dormida y no lo descubra. La deja con una sensación agridulce. Acaricia esas sábanas que huelen al único hombre que la ha marcado para siempre. Julio entra sin llamar en la habitación de Javier. Se sorprende al que está con uno de los empleados. Javier es el activo y aunque ve a Julio, aunque ve su dolor, no para.              
-¿¡qué mierda miras?¡ ¡¡vete¡ ¿¡es que te has enamorado de mi?¡ ¡¡o estás tan reprimido que si no es por mi no tienes sexo?¡                                                                                
Julio está dolido. Aunque esa mañana ha estado con los dos primos, y lo ha disfrutado, tenía ganas de estar a solas con Javier. Le duele que se burle de él, que siga con el sexo dándole igual que lo esté mirando, que esté sufriendo. Javier se burla de sus lágrimas.   
 –Eres patético. Los tipos como tú dan pena. Sal del armario aunque si quieres te puedes sentar y mirar mientras yo tengo sexo y tú nada.                                                         
Julio siente mucho odio.  Su padre lo ha querido dominar hasta en su muerte. Se ha tenido que vender a Teresa, Javier ha hecho con él lo que le ha dado la gana pero ahora ya ha entrado en posesión de su fortuna y no piensa dejar que lo pisen. Con mucho odio dice:                                                                                    
--¡¡te vas a arrepentir de esto¡                                                                                                
--¡huy que miedo¡ --dice Javier riendo y fornicando.  –olvídame.                                                                                           
Julio se va dolido. Le duele que a Javier no le importe nada, que siga con lo suyo sin importarle su dolor. Se jura así mismo que se vengará.





Joaquín sale de la ducha. Al entrar en la habitación se saca la toalla. Se pasea desnudo por el dormitorio mientras se fuma un cigarro para relajarse. Está muy triste. Se siente vacío. Le pasa siempre que se acuesta con un chico. Lo hace por necesidad porque nunca nadie le ha llenado. Tiene mensajes de ese chico. Mensajes que no quiere contestar porque sólo quería un rato de sexo. Apenas lo hace un par de veces al año y esa ha sido una de esas noches. No quiere engañar a ningún chico pero tiene sus necesidades. Se tumba en la cama. Se conecta mientras fuma. Ve que el chico con el que ha estado esa tarde le ha puesto muchos mensajes y ha colgado una foto de ellos dos. No comprometida, en facebook. No es algo que le guste a Joaquín pero tampoco tiene muchos amigos y esa foto no compromete a nada. “¿estás enfadado?”  Es uno de los mensajes del chico con el que ha compartido un rato. No quiere nada con él pero tampoco quiere usar a la gente como hace Javier. Enseguida le contesta. “claro que no” El otro se ha quedado con ganas de más “nos vemos mañana y te hago olvidar lo tristeza que llevas” "Otro día. Yo te llamo” Espera que el chico no insista. No quiere que nadie sepa que sufre, que sufre por amor. Sufre por Javier y llora. En su habitación no tiene que fingir.



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